quinta-feira, março 09, 2006

Munch (1863-1944) revisitado en Olsen

Nada separa el Auto-Retrato Después de la
Gripe (c. 1919) y el Auto-Retrato Entre el
Reloj y la Cama, iniciado en 1940 y
concluido en 1942, en tres años sucesivos
de abandonos y regresos, tal vez ya no
mojando la tela com agua del grifo y
exponiéndola a los elementos físicos, y después
raspando, pintando de nuevo, volviendo a raspar.
Y nada separa estos dos cuadros del
terror casi melancólico de otro
óleo de 1881, La Vieja Iglesia de Aker, con las
casas cerradas y la misma imposibilidad de
encuentro y diálogo marcada por el ocre de los
sustentantes y por un cielo iluminado por
su propia sombra.
.................................En Abril de1998, en la
mesa de Olsen, el ingeniero del Instituto de
Hidráulica de Copenhague recupera de la infância el
sonido de las botas de los nazis pisando las hierbas
del pátio de casa de sus padres, donde
Munch, durante ese tiempo, pasara un fin de
semana regresando de Asgardstrand,
y afirma que El Grito (1893, temple
y pastel sobre madera) es ya el retrato
del siglo XX. Y que todos estos cuadros son
el mismo cuadro. Y que Munch habría
necesariamente de morir en una Noruega
ocupada por el ódio, retirado en su
casa de Ekely, para que el arte fuese,
por encima de la técnica y del estilo, una ciencia
semejante a la historia, pero que relata los
hechos de un futuro que por
anticipación es posible aprender
en sus trazos esenciales.



Poema de José Carlos Barros.
Tradução para castelhano: Eva Lacasta Alegre.

In Poema Poema – Antologia de Poesia Portuguesa Actual.
Ed. Uberto Stabile, Punta Umbría, Huelva, 2006.